“The National Interest” has moved to Moscow

Late last night, I turned on the television for the best talk shows that begin close to midnight.  For the second day running I found that Dmitry Simes is now the anchor or master of ceremonies for “The Great Game,” a very serious discussion program that was long run on this end by Vyacheslav Nikonov, the grandson of Molotov.

 Nikonov is a leading figure in the Kremlin establishment. For many years he served as a member of the ruling United Russia party in the Duma and is now a committee chairman in the Federation Council, the upper house. Nikonov also was the long-serving director of ‘Russky Mir’ (Russian World), the government subsidized NGO promoting Russian culture among the worldwide diaspora. This post gave him wide visibility outside the legislative branch.

I met Nikonov in Moscow back in 2016. I saw him again in Brussels in 2017 when he was the most prominent guest and keynote speaker at the annual Russian Forum held in the European Parliament building which his NGO helped to finance.These personal encounters strengthened my conviction that he is a diplomatic, suave and intellectually forceful politician, who had every talent needed to host one of the nation’s best on air discussion clubs.

From its creation ‘The Great Game’ was produced in ‘television bridge’ format, with a counterpart anchor in Washington. That man was Dmitry Simes, who well matched Nikonov in his insider’s knowledge of his adopted country, the USA.

Simes was a foreign policy adviser to Richard Nixon who traveled with him on his Russian trips after he left the presidency. Following Nixon’s death, Simes ran The Nixon Center think tank, which later changed its name to the less controversial and more patriotic sounding Center for the National Interest. In this capacity, Simes was also publisher of the homonymous magazine.

There were rumors a couple of years ago that Simes was having trouble in Washington. He was said to be a cameleon, a fellow who spoke out of both sides of his mouth, saying one thing to the Russians and another to his American colleagues. This duplicity had caught up with him. 

Whatever the reason, Simes left his position at the helm of The National Interest, Center and magazine, in 2022.

From what I saw these past two days, Simes’ identity conflict is over.  He jumped ship and is fully installed in Moscow. This was evident beyond a shadow of doubt from the way he conducted his discussion with two of his interviewees. I caught the tail end of his talk with Deputy Foreign Minister Sergei Ryabkov.

Ryabkov is the no-nonsense guy who was talking tough about the United States back in the late fall of 2021, before the Ukraine war. He was driving hard for negotiations over the Russian plan to reform the European security architecture by pushing NATO back to its pre-1997 borders. Ryabkov was as hard and direct as Lavrov is soft and, shall we say, mealy mouthed.

And here I saw Simes end his chat with Ryabkov on what you might call collegial terms. Great friends, to all appearances!

 Then his next guest was Konstantin Kosachev, with whom he seemed also to have established a special rapport. Kosachev served in the State Duma then moved to the upper house, where he assumed direction of the Committee on Foreign Relations. He is now a Deputy Chairman of the Federation Council and a person well qualified to talk about the fraught present relationship with the United States, which was characterized on this program as being “an opponent or the enemy.”

I followed Kosachev’s career from a distance but then met him at the reception in downtown Moscow for the 10th anniversary of the creation of RT back in 2015. At that time he sounded somewhat naïve and hopeful relations with the USA would be restored. No one would call  him naïve today. His little speech to Simes last night left no doubt that he understands all too well the danger Washington poses for Russia’s continued existence as a great power.  His key message to Simes and to the television audience is that present times are even more dangerous than back in 1962 during the Cuban Missile Crisis, because American elites have hoodwinked themselves into thinking that nuclear weapons no longer count in measuring strategic strength of nations, in thinking that they cannot be used. This illusion of invulnerability has been compounded by America’s impunity and failure to be called to account for its wars of aggression over the past 30 years. In Serbia, in Iraq, in Libya, in Syria, in Afghanistan.  However, beware, said Kosachev:  a nuclear superpower like Russia cannot suffer a strategic defeat such as the deluded American elites intend to impose on it; a nuclear superpower will in fact use all weapons at its disposal, including strategic nuclear arms, if it has reason to believe it is facing a military disaster.

For this message, which surely was directed more to listeners in the American intelligence community than for the Russian home audience, we can thank Mr. Dmitry Simes, Russian patriot that he has become.

Times are a changing…

©Gilbert Doctorow, 2023

Translations below into Spanish (Hugo Guido), French (Youri) and German (Andreas Mylaeus)

“El interés nacional” se ha trasladado a Moscú

Anoche, encendí la televisión para ver los mejores programas de entrevistas que comienzan cerca de la medianoche. Por segundo día consecutivo descubrí que Dmitry Simes es ahora el presentador o maestro de ceremonias de “The Great Game”, un programa de discusión muy serio que fue dirigido durante mucho tiempo por Vyacheslav Nikonov, el nieto de Molotov.

Nikonov es una figura destacada en el establishment del Kremlin. Durante muchos años se desempeñó como miembro del partido gobernante Rusia Unida en la Duma y ahora es presidente del comité en el Consejo de la Federación, la cámara alta. Nikonov también fue el director de larga data de ‘Russky Mir’ (Mundo Ruso), la ONG subsidiada por el gobierno que promueve la cultura rusa entre la diáspora mundial. Este puesto le dio una amplia visibilidad fuera del poder legislativo.

Conocí a Nikonov en Moscú en 2016. Lo volví a ver en Bruselas en 2017 cuando fue el invitado más destacado y orador principal en el Foro Ruso anual celebrado en el edificio del Parlamento Europeo que su ONG ayudó a financiar. Estos encuentros personales fortalecieron mi convicción de que es un diplomático, y un político suave e intelectualmente enérgico, que tenía todo el talento necesario para ser anfitrión de uno de los mejores clubes de discusión que se transmiten a la nación.

Desde su creación ‘The Great Game’ se produjo en formato ‘puente televisivo’, con un presentador homólogo en Washington. Ese hombre era Dmitry Simes, que coincidía bien con Nikonov en su conocimiento interno de su país adoptivo, los Estados Unidos.

Simes fue asesor de política exterior de Richard Nixon, quien viajó con él en sus viajes a Rusia después de dejar la presidencia. Tras la muerte de Nixon, Simes dirigió el think tank The Nixon Center, que más tarde cambió su nombre por el menos controvertido y más patriótico Center for the National Interest. En esta capacidad, Simes también fue editor de la revista homónima.

Hubo rumores hace un par de años de que Simes estaba teniendo problemas en Washington. Se decía que era un cameleón, un tipo que hablaba con ambos extremos de su boca, diciendo una cosa a los rusos y otra a sus colegas estadounidenses. Esta duplicidad lo había atrapado.

Cualquiera que sea la razón, Simes dejó su puesto al frente del Center for the National Interest y la revista en 2022.

Por lo que vi estos últimos dos días, el conflicto de identidad de Simes ha terminado. Abandonó el barco y está completamente instalado en Moscú. Esto fue evidente más allá de toda sombra de duda por la forma en que condujo su discusión con dos de sus entrevistados. Capté el final de su conversación con el viceministro de Relaciones Exteriores Sergei Ryabkov.

Ryabkov es el tipo sensato que hablaba duro sobre los Estados Unidos a fines del otoño de 2021, antes de la guerra de Ucrania. Estaba impulsando enérgicamente las negociaciones sobre el plan ruso para reformar la arquitectura de seguridad europea empujando a la OTAN de vuelta a sus fronteras anteriores a 1997. Ryabkov era tan duro y directo como Lavrov es suave y, digamos, harinoso.

Y aquí vi a Simes terminar su charla con Ryabkov en lo que podríamos llamar términos colegiales. ¡Grandes amigos, según todas las apariencias!

Luego, su siguiente invitado fue Konstantin Kosachev, con quien también parecía haber establecido una relación especial. Kosachev sirvió en la Duma Estatal y luego se trasladó a la cámara alta, donde asumió la dirección del Comité de Relaciones Exteriores. Ahora es vicepresidente del Consejo de la Federación y una persona bien calificada para hablar sobre la tensa relación actual con los Estados Unidos, que se caracterizó en este programa como “un oponente o el enemigo”.

Seguí la carrera de Kosachev a la distancia, pero luego lo conocí en la recepción en el centro de Moscú para el 10º aniversario de la creación de RT en 2015. En ese momento sonaba algo ingenuo y esperanzado de que las relaciones con los Estados Unidos se restaurarían. Nadie lo llamaría ingenuo hoy. Su pequeño discurso a Simes anoche no dejó dudas de que entiende muy bien el peligro que Washington representa para la continuidad de la existencia de Rusia como una gran potencia. Su mensaje clave para Simes y para la audiencia televisiva es que los tiempos actuales son aún más peligrosos que en 1962 durante la crisis de los misiles cubanos, porque las élites estadounidenses se han engañado a sí mismas pensando que las armas nucleares ya no cuentan para medir la fuerza estratégica de las naciones, al pensar que no pueden ser utilizadas. Esta ilusión de invulnerabilidad se ha visto agravada por la impunidad de Estados Unidos y el hecho de que no haya rendido cuentas por sus guerras de agresión de los últimos 30 años. En Serbia, en Irak, en Libia, en Siria, en Afganistán. Sin embargo, cuidado, dijo Kosachev: una superpotencia nuclear como Rusia no puede sufrir una derrota estratégica como la que las ilusorias élites estadounidenses pretenden imponerle; De hecho, una superpotencia nuclear utilizará todas las armas a su disposición, incluidas las armas nucleares estratégicas, si tiene razones para creer que se enfrenta a un desastre militar.

Por este mensaje, que seguramente fue dirigido más a los oyentes de la comunidad de inteligencia estadounidense que a la audiencia local rusa, podemos agradecer al Sr. Dmitry Simes, a ese patriota ruso en el que se ha convertido.

Los tiempos están cambiando…

« The National Interest » s’installe à Moscou

Tard hier soir, j’ai allumé la télévision pour les meilleurs talk-shows qui commencent vers minuit.  Pour la deuxième journée consécutive, j’ai constaté que Dmitry Simes est désormais le présentateur ou le maître de cérémonie de « Le Grand Jeu », un programme de discussion très sérieux qui a longtemps été dirigé par Vyacheslav Nikonov, le petit-fils de Molotov.

Nikonov est une figure de proue de l’establishment du Kremlin. Pendant de nombreuses années, il a été membre du parti au pouvoir, Russie unie, à la Douma, et il est aujourd’hui président d’une commission du Conseil de la Fédération, la chambre haute. Nikonov a également été pendant longtemps directeur de « Russky Mir » (Monde russe), l’ONG subventionnée par le gouvernement qui promeut la culture russe au sein de la diaspora mondiale. Ce poste lui a donné une grande visibilité au-delà du pouvoir législatif.

J’ai rencontré Nikonov à Moscou en 2016. Je l’ai revu à Bruxelles en 2017, lorsqu’il était l’invité le plus en vue et l’orateur principal du Forum russe annuel organisé dans le bâtiment du Parlement européen, que son ONG a contribué à financer. Ces rencontres personnelles ont renforcé ma conviction qu’il s’agit d’un homme politique diplomate, subtil et intellectuellement influent, qui possédait tous les talents nécessaires pour animer l’un des meilleurs clubs de discussion à l’antenne de la nation.

Dès sa création, « Le Grand Jeu » a été produit sous la forme d’un « pont télévisé » avec un présentateur homologue à Washington. Il s’agissait de Dmitry Simes, qui égalait Nikonov dans sa connaissance approfondie de son pays d’adoption, les États-Unis.

Simes était un conseiller en politique étrangère de Richard Nixon et l’accompagnait lors de ses voyages en Russie après son départ de la présidence. Après la mort de Nixon, Simes a dirigé le groupe de réflexion The Nixon Center, qui a ensuite changé de nom pour devenir le Center for the National Interest, moins controversé et plus patriotique. À ce titre, Simes était également le directeur de la publication du magazine homonyme.

Il y a quelques années, des rumeurs circulaient selon lesquelles Simes avait des problèmes à Washington. On disait de lui qu’il était un caméléon, un type qui tenait un double discours, disant une chose aux Russes et une autre à ses collègues américains. Cette duplicité l’a rattrapé.

Quelle qu’en soit la raison, Simes a quitté son poste à la tête de The National Interest, Centre et magazine, en 2022.

D’après ce que j’ai vu ces deux derniers jours, le conflit d’identité de Simes est terminé.  Il a quitté le navire et est pleinement installé à Moscou. La façon dont il a mené sa discussion avec deux de ses interlocuteurs l’a démontré sans l’ombre d’un doute. J’ai assisté à la fin de son entretien avec le vice-ministre des affaires étrangères, Sergei Ryabkov.

Ryabkov est l’homme aux nerfs solides qui parlait durement des États-Unis à la fin de l’automne 2021, avant la guerre d’Ukraine. Il a encouragé les négociations sur le plan russe visant à réformer l’architecture de sécurité européenne en repoussant l’OTAN jusqu’à ses frontières d’avant 1997. Ryabkov était aussi dur et direct que Lavrov est mou et, disons-le, hypocrite.

Et c’est là que j’ai vu Simes terminer son entretien avec Ryabkov dans des termes que l’on pourrait qualifier de collégiaux. De grands amis, semble-t-il !

Son invité suivant était Konstantin Kosachev, avec qui il semblait avoir établi une relation particulière. Kosachev a siégé à la Douma d’État, puis est passé à la Chambre haute où il a pris la direction de la commission des relations extérieures. Il est aujourd’hui vice-président du Conseil de la Fédération et une personne bien qualifiée pour parler des relations actuelles tendues avec les États-Unis, qui ont été qualifiés dans cette émission d’« adversaire ou d’ennemi ».

J’ai suivi la carrière de Kosachev de loin, mais je l’ai rencontré lors de la réception organisée dans le centre de Moscou pour le 10e anniversaire de la création de RT en 2015. À l’époque, il semblait quelque peu naïf et espérait que les relations avec les États-Unis seraient rétablies. Personne ne le qualifierait de naïf aujourd’hui. Le petit discours qu’il a prononcé hier soir devant Simes ne laisse planer aucun doute sur le fait qu’il ne comprend que trop bien le danger que représente Washington pour la pérennité de la Russie en tant que grande puissance. Le message clé qu’il a adressé à Simes et aux téléspectateurs est que les temps actuels sont encore plus dangereux qu’en 1962, lors de la crise des missiles de Cuba, parce que les élites américaines se sont fourvoyées en pensant que les armes nucléaires ne comptent plus dans le calcul de la force stratégique des nations, en pensant qu’elles ne peuvent pas être utilisées. Cette illusion d’invulnérabilité a été aggravée par l’impunité de l’Amérique et son incapacité à assumer la responsabilité de ses guerres d’agression au cours des 30 dernières années. En Serbie, en Irak, en Libye, en Syrie, en Afghanistan. Mais attention, a déclaré Kosachev : une superpuissance nucléaire comme la Russie ne peut pas subir une défaite stratégique telle que les élites américaines illusionnées ont l’intention de la lui imposer ; une superpuissance nucléaire utilisera en fait toutes les armes à sa disposition, y compris les armes nucléaires stratégiques, si elle a des raisons de croire qu’elle est confrontée à un désastre militaire.

Pour ce message, qui s’adressait certainement davantage aux auditeurs de la communauté américaine du renseignement qu’au public russe, nous pouvons remercier le patriote russe qu’est devenu M. Dmitry Simes.

Les temps sont en train de changer…

“The National Interest” ist nach Moskau umgezogen

Gestern Abend habe ich den Fernseher eingeschaltet, um die besten Talkshows zu sehen, die kurz vor Mitternacht beginnen. Den zweiten Tag in Folge habe ich festgestellt, dass Dmitri Simes nun der Moderator oder Zeremonienmeister von “The Great Game” ist, einer sehr seriösen Diskussionssendung, die auf dieser Seite lange Zeit von Wjatscheslaw Nikonow, dem Enkel Molotows, geleitet wurde.

Nikonow ist eine führende Persönlichkeit des Kreml-Establishments. Er war viele Jahre lang Mitglied der regierenden Partei “Einiges Russland” in der Duma und ist jetzt Vorsitzender eines Ausschusses im Föderationsrat, dem Oberhaus. Nikonov war außerdem langjähriger Direktor von “Russky Mir” (Russische Welt), einer staatlich subventionierten Nichtregierungsorganisation zur Förderung der russischen Kultur in der weltweiten Diaspora. Dieser Posten verschaffte ihm eine große Sichtbarkeit außerhalb der Legislative.

Ich habe Nikonov 2016 in Moskau getroffen. Ich habe ihn 2017 in Brüssel wieder gesehen, als er der prominenteste Gast und Hauptredner beim jährlichen Russischen Forum im Gebäude des Europäischen Parlaments war, das von seiner NGO mitfinanziert wurde. Diese persönlichen Begegnungen bestärkten mich in meiner Überzeugung, dass er ein diplomatischer, gewandter und intellektuell einflussreicher Politiker ist, der über alle notwendigen Talente verfügt, um einen der besten On-Air-Diskussionsclubs des Landes zu moderieren.

Von Anfang an wurde “The Great Game” im Format “Fernsehbrücke” produziert, mit einem Moderator in Washington als Gegenstück. Dieser Mann war Dmitry Simes, der Nikonov wegen seines Insiderwissens über seine Wahlheimat, die USA, durchaus ebenbürtig war.

Simes war ein außenpolitischer Berater von Richard Nixon, der ihn nach seinem Ausscheiden aus dem Präsidentenamt auf seinen Russlandreisen begleitete. Nach Nixons Tod leitete Simes die Denkfabrik The Nixon Center, die später ihren Namen in das weniger umstrittene und patriotischer klingende Center for the National Interest geändert hat. In dieser Funktion war Simes auch Herausgeber der gleichnamigen Zeitschrift.

Vor ein paar Jahren gab es Gerüchte, dass Simes in Washington Probleme hatte. Man sagte, er sei ein Chamäleon, ein Mann, der aus dem Nähkästchen plauderte und den Russen das eine und seinen amerikanischen Kollegen das andere erzählte. Diese Doppelzüngigkeit hatte ihn eingeholt.

Was auch immer der Grund sein mag, Simes verließ seine Position an der Spitze von The National Interest, Center und Magazin, im Jahr 2022.

Nach dem, was ich in den letzten zwei Tagen gesehen habe, ist der Identitätskonflikt von Simes beendet. Er ist von Bord gegangen und hat sich in Moskau vollständig eingerichtet. Die Art und Weise, wie er seine Diskussion mit zwei seiner Gesprächspartner geführt hat, ließ daran keinen Zweifel. Ich habe das Ende seines Gesprächs mit dem stellvertretenden Außenminister Sergej Rjabkow verfolgt.

Rjabkow ist derjenige, der im Spätherbst 2021, also vor dem Ukraine-Krieg, mit den Vereinigten Staaten hart ins Gericht gegangen ist. Er hat sich für Verhandlungen über den russischen Plan eingesetzt, die europäische Sicherheitsarchitektur zu reformieren, indem er die NATO auf ihre Grenzen von vor 1997 zurückdrängt. Rjabkow war so hart und direkt, wie Lawrow weich und, sagen wir, schmallippig ist.

Und hier sah ich, wie Simes sein Gespräch mit Rjabkow sozusagen auf kollegialer Basis beendet hat. Allem Anschein nach sind sie gute Freunde!

Sein nächster Gast war Konstantin Kossatschow, zu dem er ebenfalls eine besondere Beziehung aufgebaut zu haben schien. Kossatschow war Abgeordneter in der Staatsduma und wechselte dann ins Oberhaus, wo er die Leitung des Ausschusses für auswärtige Beziehungen übernahm. Er ist jetzt stellvertretender Vorsitzender des Föderationsrates und eine Person, die gut qualifiziert ist, um über die angespannte Beziehung zu den Vereinigten Staaten zu sprechen, die in dieser Sendung als “Gegner oder Feind” bezeichnet wurden.

Ich habe Kossatschews Werdegang aus der Ferne verfolgt, traf ihn dann aber 2015 bei einem Empfang in der Moskauer Innenstadt anlässlich des 10-jährigen Jubiläums der Gründung von RT. Damals klang er etwas naiv und hoffte, die Beziehungen zu den USA würden wiederhergestellt werden. Heute würde ihn niemand mehr als naiv bezeichnen. Seine kurze Rede bei Simes gestern Abend ließ keinen Zweifel daran, dass er die Gefahr, die Washington für Russlands Fortbestand als Großmacht darstellt, nur allzu gut versteht. Seine Schlüsselbotschaft an Simes und das Fernsehpublikum lautete, dass die heutige Zeit sogar noch gefährlicher ist als 1962 während der Kubakrise, weil die amerikanischen Eliten sich selbst vorgemacht haben, dass Atomwaffen bei der Messung der strategischen Stärke von Nationen nicht mehr zählen, weil sie glauben, dass sie nicht eingesetzt werden können. Diese Illusion der Unverwundbarkeit wurde durch die Straflosigkeit und das Versäumnis Amerikas, für seine Angriffskriege der letzten 30 Jahre zur Rechenschaft gezogen zu werden, noch verstärkt. In Serbien, im Irak, in Libyen, in Syrien, in Afghanistan. Doch Vorsicht, sagte Kossatschow: Eine nukleare Supermacht wie Russland kann keine strategische Niederlage erleiden, wie sie die verblendeten amerikanischen Eliten beabsichtigen. Eine nukleare Supermacht wird tatsächlich alle ihr zur Verfügung stehenden Waffen einsetzen, einschließlich strategischer Atomwaffen, wenn sie Grund zu der Annahme hat, dass ihr eine militärische Katastrophe droht.

Für diese Botschaft, die sicherlich eher an die Zuhörer in den amerikanischen Geheimdiensten als an das russische Heimpublikum gerichtet war, können wir Herrn Dmitry Simes, dem russischen Patrioten, zu dem er geworden ist, danken.

Die Zeiten ändern sich…

3 thoughts on ““The National Interest” has moved to Moscow

  1. Actually, a new era – Washington decided to cross the red line in relations with China.

    The Biden administration plans to send $500 million worth of weapons to Taiwan using the same emergency powers that have been used more than 35 times against Ukraine.

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  2. Another informative piece, Mr. Doctorow. Sergei Lavrov is in a class by himself as a Foreign Minister. He is on par with Kissinger as an intellect and a world figure with gravitas. He represents Russia to the world with clear messaging and integrity. Lavrov has his place among the great historical figures in diplomacy. ‘Mealy mouthed’ immediately brings to mind Anthony Blinken. The contrast could not be more stark. Lavrov holds nothing back, but is elegant in his delivery.

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    1. I agree with that Mr White. Mr Lavrov also became more outspoken in the last year or so. Never as aggressive as, say Medvedev, but not sparing the Western politicians in any way. He too has made it pretty clear the rift is permanent. The most “mealy mouthed” one must be Peskov.

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